Mi primer contacto venenoso está ligado a la bola de cristal, recuerdo a Kiko Veneno caracterizado como Frankenstein cantando a Alaska a ritmo de pop rock “Me siento tan feliz porque ella se ha enamorado de mí, será por mi mirada, será por mi estatura o por mi traje de cura…”. Extraordinario programa por el que desfilaron todos los artistas y grupos que en aquel tiempo estaban en alza, personajes determinantes y fundamentales para entender la movida musical española, que merece un post especial incluidas, por qué no, las frases más memorables de la Bruja avería y compañía, consignas tan actuales que podrían estar hoy en las calles.
Mi sorpresa llega años más tarde, ya metidita en los 90, cuando descubro que aquel monstruo que me generaba tanta simpatía y, a la vez tranquilidad, era uno de los responsables de la larga lista de letras que salían de nuestras gargantas a toques y a porrazos de guitarras y tragos de ron, temas como los delincuentes compuesto por Kiko y con los hermanos Amador (Pata Negra) en las guitarras - grupo Veneno, una de las bandas pioneras del rock callejero o flamenco rock como se ha definido muchas veces y que en 1977 publica un discazo con el mismo nombre que el grupo y que en 1981 participan en la Leyenda del tiempo de Camarón de la Isla, cuya aportación al parecer fue fundamental en el resultado final de este disco considerado una de las obras más significativas en la historia del flamenco, y en donde se incluye el temazo Volando voy cuyo artífice de esta monumental rumba flamenca no es otro que aquel entrañable monstruito con el que ya flipaba en mi infancia, y enamorao de la vida aunque a veces duela…-. Pata palo, que años después de su publicación grabarían también Pata Negra en Guitarras Callejeras, es otra canción que no podía faltar -aún sigue sonando- en cualquiera de los saraos que organizábamos contribuyendo en aquel buen rollo que se formaba, para que finalmente la pata no fuera de palo sino de aluminio de Japón…, y qué decir de todas las canciones que integran el álbum Échate un cantecito, cuyas letras plagadas de personajes e historietas siguen enganchando casi veinte años después. La trayectoria musical de este pedazo de artista sigue cautivándome con el paso de los años, aunque he de reconocer que al principio me costó un montón desprenderme de esa especie de campo magnético que me había generado las canciones de Échate un cantecito y, que a modo de presagio el propio Kiko Veneno ya avisaba en En un mercedes blanco, - ponme, ponme esa cinta otra vez pónmela hasta que se arranque los cachitos de hierro y de cromo, a cantar como tú sabes…-. Quizás fue cuestión de madurez, ahorita lo pienso y me resulta casi imposible no disfrutar de cualquiera de sus fusiones, de su ingenio comprometido, de su rebeldía, de su humor, de ese aroma cotidiano que te alegra el día…
Dice la gente es su último trabajo, magnífico y de lo más variado. Aquí dejo el video de la canción que da nombre a su disco, precioso temita de blues africano acompañado de unas imágenes que a mí me dejan llena de emoción y sentimiento.
Gracias maestro!, porque mi vida está impregnada de tu buen rollo, de tu música y tus letras.